BEBER LA HISTORIA

A través de una colección bautizada como “Crayères”, la Maison Charles Heidsieck rinde homenaje

a sus históricas cavas y revela a los enó los su más preciado tesoro. Efectivamente! Como si fueran viejos volúmenes donde cada giro de página explica sus burbujeantes odiseas, una enoteca de ancianas añadas se presta a darse a conocer a través de una primera edición de cinco botellas de excepción.

El tiempo, considerado como una cuarta variedad de uva, es quien ha forjado el alma

de los vinos de la Colección “Crayères”. La prolongada duración de su envejecimiento sobre lías ha permitido el pleno desarrollo de sus aromas. A cada añada, su  firma, su generosa personalidad. Todas ellas son el resultado de una gran exigencia y se soportan bajo una precisa construcción, promesa de una delicada armonía de sabores.

Aquellos, muy pocos, privilegiados, que tendrán la oportunidad de degustar estas delicadas joyas enológicas, guardarán un recuerdo imborrable de un sueño hecho realidad:

el de haber viajado en el tiempo a través de las burbujas firmadas por Charles Heidsieck.

 

Vista

Tonalidades de oro viejo resaltadas con re ejos ambarinos.

Olfato

Complejo en nariz, con notas de tabaco rubio, cuero, cacao, intenso cual sotobosque con acentos de especias dulces.

Gusto

Un vino con cuerpo, perfectamente maduro. Su plenitud se estructura en torno al calor y la textura del terciopelo. Las notas de frutos secos y de jengibre con tado terminan de redondear la complejidad de su conjunto.

De brillante color cobrizo, se mezclan notas sutiles, torrefactadas, con acentos de especias dulces y un sombreado de intensos perfumes. Este vino es un verano en la India, es un bosque bajo un sol marrón... Es un fósil raro y precioso. Es el ámbar que se bebe.

asamblaje: 55% Pinot Noir - 45% Chardonnay

entrado en cava: 1984

degüelle: 1999

botellas disponibles: 120

El año 1983 ofrece a la región de champagne una abundante cosecha, a pesar de un invierno muy húmedo y una primavera detestable. Sin embargo, en este verano del 83, resulta un placer observar unos viñedos extremadamente reverdecidos y una magní ca madurez de las uvas. Los Pinot Noirs proponen una remarcable potencia aromática en tanto que los Chardonnays se caracterizan por una  neza y una redondez sorprendentes. Los vinos son, por tanto, de muy alto nivel cualitativo y de larga guarda.

Vista

Un bello fulgor rosa con matices amarronados y adornado de nacaradas burbujas.

Olfato

Aromas muy ricos que anuncian un vino rosado estructurado y contundente. La elevada proporción de Pinot Noir aporta al vino notas de frutos rojos: arándanos, moras y cerezas, que evolucionan hacia aromas más complejos como la canela o el clavo.

Gusto

En boca, es generoso, dulce y redondo con magní cas notas de café. Sorprende por su largo paso de boca y por su intenso aroma a frutos rojos.

Un rosado que interpreta el tenue resplandor del fuego de la chimenea cuando ilumina una pequeña estancia, las historias del escritor Jules Barbey d’Aurevilly musicadas por el tintinear de las copas. Tal como una preciosa  or en el fondo de un cáliz, es generoso y delicado. Conserva su insolente frescura a pesar de los más de 30 años de edad.

asamblaje: 70% Pinot Noir - 30% Chardonnay

entrado en cava: 1986

botellas DISPONIBLES : 300

Esta añada ha quedado marcada en el recuerdo de los “vignerons” como una añada de vendimias excepcionales en cantidad y óptimas bajo el plano cualitativo a pesar de las heladas record durante el invierno (-30o durante muchos días) que devastan de forma irremediable una parte del viñedo champenois. Afortunadamente, un tiempo espléndido se instala a partir del 1o de Julio, que seguirá hasta la maduración de las uvas que consolidan una riqueza excelente, especialmente los Pinots Noirs de Bouzy y Verzy son los que ofrecen amplios aromas y una más que notable expresividad.

Vista

Un precioso tono oro amarillo profundo, brillante y satinado. De  na y persistente efervescencia.

Olfato

Un frescor característico de la marca de los vinos “Charlie”. Sus aromas son totalmente ligeros y delicados. Recuerdan a  ores secas, azúcar de cebada, azahar, dátiles, caramelo de leche, con  nos matices a torrefactos (tabaco y moca) así como de regaliz y que evolucionan al jengibre seco.

Gusto

Por la frescura y la ligera acidez que presenta, resulta difícil creer que este vino cuente con más de 30 años. La textura, suave y cremosa, viene con notas de pan tostado y albaricoque seco.

Como si todo el oro de los Incas se re ejase a través del cristal...

Una suerte de Eldorado champenois, un tesoro líquido. En boca una cesta de pelirrojos dátiles, un azúcar candi que funde en la garganta, una caricia caramelizada. Se trata de un champagne dulce como la miel. Una joya untuosa, suave y delicada que exprime toda la elegancia de la añada 1982.

asamblaje: 53% Pinot Noir - 47% Chardonnay

entrado en cava: 1983

degüelle: Septembre 1998 - Mars 1999

botellas DISPONIBLES: 240

El balance de la cosecha 1982 está considerado como uno de los más excepcionales que la historia de Champagne ha conocido. El desarrollo de los racimos ha tenido lugar en unas condiciones climáticas sin contratiempos, reuniendo todas las virtudes para una excepcional calidad. El resultado es inapelable y la cosecha es abundante! Las uvas (sin discriminación de variedad) presentan un aspecto impecable y se distinguen por la  neza, equilibrio y nobleza características de las grandes añadas de la Región.

Vista

Un tono dorado sostenido que centellea con transparente fulgor.

Olfato

La nariz revela un bouquet de  ores secas seguido de aromas de frutas con tadas, avellanas tostadas, albaricoque seco, aunque intenso, y todo ello, mezclado con notas abizcochadas.

Gusto

En boca no engaña y deja en el paladar un gusto a avellana. La textura de este Champagne Charlie 1985 evoca la carnosidad y el perfume de los higos secos. Se trata de un vino equilibrado, cálido y que revela unas sutiles notas ácidas vinculadas con el equilibrio del frescor que denota que los años todavía no lo han sosegado.

Topacio imperial, brillante, con su manto de seda. Después, en boca, hojas de oro que desaparecen como una  na espuma absorbida por la arena... el recuerdo de una primavera intocable. Una fotografía de juventud que uno mostraría con orgullo a sus hijos.

asamblaje: 45% Pinot Noir - 55% Chardonnay

entrado en cava: 1986

degüelle: Janvier 1995

botellas DISPONIBLES : 300

Si el año 1985 reserva un buen escenario a la región de Champagne es, ante todo, gracias al perfecto estado sanitario de los racimos (el intenso frío del invierno ha ayudado muy mucho a tal efecto). Pinot Noir, Chardonnay y Meunier presentan un índice de madurez elevado dejando entrever el nacimiento de una buena añada. Las uvas son todo  neza y elegancia. Se adivina que hará falta esperar muchos años de envejecimiento para conseguir un vino de gran plenitud.

 

Vista

Un color dorado con re ejos rubí muy pronunciado que recuerda al oro en plena fusión. Burbujas  nas y ligeras.

Olfato

Muy complejo. En un principio resalta una expresión de la madurez de la fruta: albaricoques cocidos, higos, naranjas con tadas... seguidamente, aparecen aromas a frutos secos que nos sumergen en un mercado oriental: dátiles, higos, avellanas y cacahuetes tostados.

Gusto

Sabores muy golosos: caramelo, torrija y tarte tatin un poco tostada. Tiene presencia en boca: su textura es suave, pero nunca pesada, gracias a una exquisita acidez conservada a lo largo del tiempo. Una expresión perfectamente equilibrada.

Es uno de aquellos vinos que uno respira como si fuese un viaje. Cada trago de este vino evoca exóticos paisajes, nostalgias y momentos de ensueño. En boca es suave, goloso, fresco y ligero... como una brisa estival.

asamblaje: 52% Pinot Noir - 48% Chardonnay

entrado en cava:1982

botellas DISPONIBLES : 90

LA AÑADA 1981 EN CHAMPAGNE

Si bien 1981 es una muy buena añada, sin embargo es extraña, ya que, víctima de importantes fenómenos climáticos adversos y de heladas primaverales, se destruye el 25 % de la cosecha esperada. A pesar de ello, la degustación de las uvas, especialmente de Chardonnay, salidas de los Grandes crus de la Côte de Blancs, se revelan de excelente calidad. Los Pinots Noirs conjugan acidez y redondez. Todo hace presagiar unos vinos de bella potencia aromática y de un potencial de guarda muy prometedor.